jueves, 12 de junio de 2008

Análisis: trencito

Artículo publicado en el diario La Nacion por al autor sobre la nueva regla inglesa que limita el toque de bochas de un equipo.

La temporada inglesa de polo entra en la cuenta regresiva buscando su primer gran campeón de 2008. El domingo próximo, Isabel II coronará al ganador de la Copa de la Reina con el castillo de Windsor como testigo. Sin embargo, más allá de quien tenga ese honor, esta temporada será recordada por el cambio de una regla de juego. Muchos deportes han hecho variantes en su fisonomía (ver aparte), pero en el polo inglés se apuntó directamente a limitar una táctica, y la nueva norma claramente perjudica a algunos y beneficia a otros.
¿De qué se trata? De limitar la cantidad de toques de bocha de un equipo cuando sus integrantes van uno tras otro ganando yardas, a lo que coloquialmente se llama "trencito". Es un esquema antiestético para el polo -casi como un maul de rugby-, pero sirve para, aunque lentamente, avanzar asegurando la posesión, pues así es difícil para un rival robar la esfera. Ahora, en Inglaterra, si un jugador lleva la bocha y la deja corta para un compañero que viene detrás, éste deberá pegarle largo porque, de lo contrario, si hace un toque suave e inmediatamente lo repite, será sancionado por los jueces. Así se busca que el juego sea más veloz y abierto.
Esto trajo consecuencias deportivas directas: Dubai, un animador de los certámenes ingleses de los últimos años y que posee a Adolfo Cambiaso como máxima figura, perdió sus tres partidos del torneo. Adolfito se quejó porque él armó el equipo (se recuerda que el handicap en Inglaterra tiene un máximo de 22 goles) con polistas de un estilo, y al ser impuesta la regla sólo una semana antes de la competencia, los elegidos no se adaptaban al nuevo esquema.
"¡Qué tema! A mí la regla me parece malísima", empezó su comentario Facundo Pieres, consultado por LA NACION. "Quieren que el polo de acá [Inglaterra] sea más rápido y lo que tienen que hacer es cobrar menos fouls y dar menos prioridad al que lleva la bocha; así nadie más tocará la pelota. Inventan una regla que no hace otra cosa que complicar a los jueces más que lo que lo están, y así para los pobres tipos es imposible hacer de referí. No tienen ni idea de qué hacer", opinó el jugador de Ellerston.
Juan Martín Nero, que allá actúa en Loro Piana y en la Argentina será compañero de Facundo en Ellerstina, dijo algo similar: "Así terminan complicándonos la vida, porque los referís no saben cuándo cobrarla: algunos la cobran; otros, no, y termina siendo un q...".
Una visión intermedia es la de Lucas Monteverde, de Geebung. "La regla favorece a algunos y perjudica a otros", analizó. "Pero me parece malo que todos los años inventen una regla. Hay que jugar al polo y dejarse de j ", juzgó el tricampeón argentino con La Dolfina.
Uno de los pocos que están en favor es Miguel Novillo Astrada, de Brittany en Inglaterra y La Aguada en Buenos Aires. "Creo que ayuda a hacer mas rápido y abierto el juego, que es lo que se intenta. A mí no me cambia mucho, y me parece una buena idea", arguyó.
La pregunta es: ¿la regla podría tener eco en la Argentina? Francisco Dorignac, presidente de la Asociación de Polo, considera: "Hay reglas que sirven para otro nivel y, en ese caso, ésta no me parece ningún disparate. Afuera, por los límites de handicap, han inventado muchas cosas para mejorar el juego. Algunas, útiles; otras, no tanto". Sobre la posible aplicación en nuestras canchas, el directivo expresó: "Deberíamos estudiarlo mucho. Si es para mejorar el espectáculo, todo sirve. Pero también es cierto que tenemos que achicar la cantidad de reglas porque, si no, confunden".
Los deportes cambian sus reglas. El polo apuntó directamente a limitar una estrategia. La polémica continúa...

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