Rufino Merlos se sube a upa de su papá, resiste sin despotricar una seguidilla de besos, se baja y deja su taco chiquito. Claro: en el piso descansan varios tacos más grandes. Son una verdadera tentación...
El papá de Rufino está feliz. Por el título y por la noticia que acaba de recibir: ningún miembro del clan había ganado antes la Copa República. En realidad no lo pone contento que su padre y sus dos hermanos no pudiesen quedarse con este trofeo, pero no puede ocular una sonrisa pícara al saber que en la historia quedará marcado como el primer Merlos en ganarlo...
La comilona vino con postre: su yegua Bienvenida ganó el primer al mejor producto polo argentino. "Tiene 5 años y un enorme futuro. La jugará en la temporada de alto handicap", dice, hace pausa, y pide: "Poné que la compre de potranca, la domé y la lleva mi piloto, Santiago Allaria".
Cerca suyo celebra otro título Hilario Ulloa. Su comienzo de año es excepcional: en el Polo Tour ganó las etapas de Ellerstina y La Dolfina, más la subsidiaria de Centauros. "A este torneo le tenía muchas ganas" confiesa sobre la República, competencia que lo había tenidos dos veces como finalista. En ambas, su verdugo fue La Picaza.
Para Hilario, la comilona vino con postre doble: su yegua Kuriosa ganó el premio al mejor caballo de la final. "Tiene seis años, y es propiedad mía y de Carlos Ulloa", relata. Luego, dejará una frase que es una definición de vida: "El partido lo ganamos en equipos, el premio de la yegua lo ganamos en familia. Yo juego al polo por los caballos".
Confesiones de una hermosa tarde de domingo en Palermo. La República tuvo el mejor final. Todos felices, menos uno. Rufino intenta una y otra vez con los tacos grandes, pero no puede. Ese desafío es, por ahora, muy grande aún para él.
lunes, 7 de abril de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario