Columna del autor aparecida en la web polotucan...
Viaje en colectivo. Es un momento donde las ideas van y vienen. Es miércoles, día de la habitual columna de polotucan... ¿De qué escribir? Primera idea: de la gran final del Abierto de San Jorge y del excelente comienzo del Abierto del Jockey. Sin dudas, un preámbulo perfecto para el polo de primavera que vendrá.
De repente, un pensamiento de la vida diaria vuela e interrumpe: ¡Mañana es el Día del Maestro y la nena no tiene clases! Ok, hay que reprogramar el día... Pero momento, estábamos en la columna habitual... Unamos, entonces: ¿Quién es un maestro en el polo?
Según la óptica con la que se mire, cada uno dirá un jugador actual, un ex jugador, un dirigente... Un periodista, de acuerdo a este cristal.
El polo tiene, en la Asociacion Argentina de Polo, un caso único. Difícilmente se reproduzca en ora disciplina. ¿Hay otro hombre igual a Juan Sauro en la AFA, en la AAT, en el automovilismo o donde sea? ¿Hay?
Juan es un hombre. Y como todo hombre, tiene muchas virtudes, y muchos defectos. Elijamos los primeros. El mayor de los primeros: su pasión por el polo y el periodismo. Juan no trabaja: Juan goza. Detrás de ese vozarrón sacado de una película de terror y de esa imagen de galán detenida en el tiempo, de ese gesto serio y de esa sonrisa pícara que aflora de vez en cuando, detrás de todo, gobierna la pasión...
Esa enorme virtud lo hace inigualable. El le debe mucho al polo, pero a no confundir: el polo le debe más a él. Tiene ochenta y pocos años. Una publicidad diría: ¡Cuando sea grande quiero ser como él!
martes, 16 de septiembre de 2008
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