Columna del autor publicada en la web polotucan.com.ar
Siempre lo nuevo nos llama la atención. Denle a un chico un regalo recién compradito y verán como deja de lado, aunque sea por unos instantes, su juguete preferido. Bueno, hoy eso somos: hicos con chiche nuevo. Y de ellos hablaremos.
Pilará y Black Watch, las flamantes caras del álbum familiar del polo 2008, dejaron distintas sensaciones en su debut oficial. El primero confirmó lo que se preveía: puede pelear mano a mano. El segundo rompió algunas pronósticos: no será tan sencillo como muchos imaginaban. Es cierto, es un partido, pueden mejorar o empeorar, pero se trata del juego de las primeras sensaciones.
Pilará fue previsible, en el buen sentido del término. Se especulaba con un equipo abierto y rápido, y eso fue. Le faltó estirar más la cancha para que Agustín Merlos explote su mejor virtud: su definición. Y, tal vez, cierta potencia en los golpes de salida de Marcos Heguy. Pero hay algo claro: valdrá la pena pagar la entrada la mayoría de las veces para ver sus partidos& Gane o pierda.
Black Watch, en cierto modo, también fue previsible. Giró todo su juego en Bautista Heguy, que comenzó el partido contra La Dolfina en un altísimo nivel, con muchas ganas. Se habló mucho de Ignacio Figueras en el ambiente y de cómo se podrá adaptar al polo alto. Desde este espacio se piensa que es al revés: la suerte de BW dependerá de todo lo bueno que pueda dar Bautista más que de todo lo que se puede adaptar Ignacio.
A su manera, cada uno aportó su granito de arena. Los chiches nuevos del polo confirman aquello de que estamos en la Triple Corona más prometedora de la historia.
domingo, 28 de septiembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario