Sentado, con algo de nervios en su rostro. La pantalla dividida en 5 compartimentos iguales. Asoman las caritas de cuatro top de distintas características. El talentosísimo Daniel Day Lewis, el eterno George Clooney, el renovado Johnny Depp, y el sanlorencista Viggo Mortensen. Y él, por supuesto. Nuestro querido polista Tommy Lee Jones.
And the winner is…? Finalmente, Daniel por su papel en Petróleo sangriento, se llevó el Oscar. Y el dueño de San Saba se quedó con las manos vacías, pese a la fuerza que hacían desde muchas caballerizas ubicadas en Palm Beach
Hoy, y tal vez en toda la historia, Tommy Lee Jones es el patrón más importante del polo. No por su riqueza ni por sus éxitos. Pero en la escuela de Periodismo Deportivo, cuando hay que explicar como funciona el sistema de patrones en el polo, su caso cae como anillo al dedo. Se explica: gana millones en las películas y, una parte menor de esos ingresos los gasta en su hobbye: el polo.
Año tras año, su acercamiento con este deporte crece. Su participación en los torneos norteamericanos aumenta. Y su estadía en Argentina en la temporada de primavera también. El año pasado se lo vio desde Hurlingham. Y, por supuesto, dando el presente en todos los partidos.
En nuestras tierras vive en Lobos, tranquilo, en su campo. Con caballos, tacos, botas. Lejos de las luces de los sets de filmación. Cerca del polo…
martes, 26 de febrero de 2008
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