martes, 13 de mayo de 2008

Caballos históricos: hoy, Troya


Toc-toc. Alguien golpea la puerta de nuestra redacción. “No, señor, no compramos libros usados. Muchas gracias”. La puerta se cerraba pero el pie del presunto vendedor la detuvo. “Señores, mi nombre es Felip Pign. Soy historiador de caballos”. Ante nuestro asombro, el hombre abrió la puerta y lanzó los libros sobre la mesa. “Voy a trabajar en welovepolo. No aceptó un no como respuesta. Serán notas sobre los caballos más famosos de la historia. Esta es la primera: el Caballo de Troya”…

La guerra de Troya fue un conflicto bélico en el que se enfrentaron una coalición de ejércitos aqueos
contra la de Troya (también llamada Ilión), ubicada en Asia Menor. Según el mito, se trataría de una expedición de castigo por parte de los aqueos, cuyo causa sería el rapto (o fuga) de Helena de Esparta por el príncipe Paris de Troya.
Esta guerra es uno de los ejes centrales de la épica grecolatina
y fue narrada en un ciclo de poemas épicos de los que sólo dos han llegado intactos a la actualidad, la Ilíada y la Odisea, atribuidas a Homero. La Ilíada describe un episodio de esta guerra, y La Odisea narra el viaje de vuelta a casa de uno de los líderes griegos.
Los antiguos griegos creían que los hechos que Homero relató eran ciertos. Creían que esta guerra había tenido lugar en los siglos XIII Ac
o XII Ac, y que Troya estaba situada cerca del estrecho de los Dardanelos en el noroeste de la península de Anatolia (actual Turquía). Por ejemplo, el historiador Heródoto no sólo consideraba segura la guerra sino que además para él fue la causa originaria de las enemistades entre persas y griegos.
En 1870
el arqueólogo alemán Heinrich Schliemann excavó la colina de Hisarlik, donde creía que estaba la ciudad de Troya, hallando los restos de la antigua ciudad de Nueva Ilión, que existió hasta el siglo I AC y bajo la cual halló otras ruinas, y debajo de éstas, otras más. Cada una de estas ruinas daba lugar a los restos de distintas ciudades que parecían haber sido habitadas en épocas distintas. Schliemann había ido para hallar la Troya homérica; pero en el curso de los años, él y sus colaboradores hallaron siete ciudades sepultadas, y más tarde otras dos.
El cerco de Troya duró diez años. Los griegos idearon el famoso gran caballo de madera hueco. Fue construido por Epeo
y lo ocuparon soldados griegos liderados por Odiseo. El resto de la armada griega fingió partir y los troyanos aceptaron el caballo como una ofrenda de paz. Un espía griego, Sinón, convenció a los troyanos de que el caballo era una ofrenda a Atenea a pesar de las advertencias de Laocoonte y Casandra. Los troyanos hicieron una gran celebración y cuando los griegos salieron del caballo, la ciudad entera estaba bajo el sueño de la bebida. Los guerreros griegos abrieron las puertas de la ciudad para permitir la entrada a la ciudad al resto de las tropas y la ciudad fue saqueada sin piedad.
Según los relatos, el caballo de madera de 11 metros de altura, introdujeron en su interior un selecto grupo de guerreros y lo dejaron a las puertas de la ciudad. El número y la identidad de los ocupantes del caballo varía de unas fuentes a otras. La Odisea dice que albergó a Aquiles y sus 99 hombres. Apolodoro cifra en 50 el número de combatientes, mientras que Tzetzes escribió que fueron 23, y los nombra. Por último, Quinto de Esmirna cita 29 nombres. Entre ellos: Ulises, Neoptólemo, Menclao, Esténelo, Diomedes, Filoctetes, Ánticlo, Menesteo, Toante, Polipetes, Ayax y Eurípilo.

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