miércoles, 7 de noviembre de 2007

Pincelazos 2007: un domingo en Hurlingham

Primer domingo de noviembre en Hurlingham. Felicitaciones uno, dos, tres cuatro. A cada uno de los ellerstinos. Se arma un podio sin escalones. Entonces no es podio. Pero lo es. No hay copa. Sólo un champagne como sponsor para las fotos. Ellerstina posa y sonría junto con dos promotoras que los flanquean. Matías, en un extremo, al lado de una de las agraciadas niñas, mira a su esposa y le grita: “¿Puedo abrazarla?”. Hay caras que dicen más que uno no…
Pablo Mac Donough cuenta sus sensaciones sobre el triunfo sobre Indios Chapaleufú II. Se acerca su hermano mayor. Le acerca un teléfono y le dice: “Para vos, la presidenta, Crisitna”. El new delantero mira sorprendido. Agarra el celular, lo acerca a su oreja y dice un tímido: “Hola”. Luego sigue, con tono firme: “Todo bien, mami”.
Luego Pablo habla sobre un aparato llamado Inter X, que sirve para calmar el dolor por medio de electricidad. Lo trajo de Estados Unidos. “Me lo recomendó el médico Marcelo Torres y lo vende Eduardo Martelli. Lo usan en el básquet”. El aparatito de los milagros ya llegó a la mano izquierda de Facundo Pieres, que lo cura de un dolor crónico en la zona. Pablo Erbín, el preparador físico del equipo, dijo: “La verdad no se que hace, pero es buenísimo”. Facundo asintió y, por supuesto, ya compró el suyo.
Ahora el que habla es Gonzalo Pieres. En medio de la charla, se acerca el comentarista de Espn y comienza a hacer gestos ampulosos. Ponen dos dedos, pone uno, y se marca el pecho de arriba a abajo. Parece un simio. No hay opción: se detiene la charla con Gonzalito por causas de fuerza mayor. “2-1 Independiente”, asegura.
La conversación con el mayor de los hermanos Pieres sigue un par de preguntas más. Pero la cabeza ya vuela por otros lados, de Hurlingham a Núñez. Cinco minutos después, ya en el auto para comenzar el regreso, la realidad incontrastable dirá que fue una broma de mal gusto. De muy mal gusto.

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