Pincelazos 2007: periodistas de la tinta y el papel

Palco de prensa de Hurlingham. Algunos sentados, otros parados. En la cancha, Ellerstina y La Dolfina. El partido esta por empezar. El presentador, de traje y corbata azul, pide con mucho disimulo que le saquen fotos. Y simula hablar por el micrófono para salir mejor para la digital.
Pasan los fotógrafos por el costado del campo de juego para hacer los equipos formados durante el himno. Es curioso: últimamente da la sensación que hay más reporteros gráficos que cronistas alrededor del polo…
Entre los periodistas, uno Made in Rosario desafía una y otra vez: “Apuesto un asado a favor de…”. Nadie acepta el reto. En parte porque deportivamente el duelo es equilibrado, en parte porque la misión del periodista es no apostar y ser imparcial, y en parte por los dudosos antecedentes del hombre en cuestión en el pago de apuestas perdidas.
Un colega demasiado quejoso protesta: “Sale el sol, se nubla, hace calor, hace frío. ¡No sé que hacer!”. Otro reparte revistas de Excursionistas. El fútbol y el polo se han unido varias veces, pero esta situación ya resulta demasiado bizarra.
Se arma el debate. Alguien vocifera: “¡Están jugando a otra cosa, están jugando a otra cosa!”. Sin Cambiaso en la cancha, lesionado, afirma que las actuaciones de Aguerre y Castagnola son muy distinta. Alguien piensa: “La milanesa tiene otro gusto cuando es napolitana…”. El viento sopla muy fuerte, pero aún así no mueve ni un pelo del cabello del sempiterno Sauro. Esa gomina merece una felicitación pública.
Final del partido. Adolfito va hasta el podio de la mano de su hija Mía, que camina con un gran peluche. Termina la entre de premios y los tres vuelven al palenque. La imagen es tierna. Poco después, se escuchará algún rumor para nada tierno sobre su salida.
La fiesta comienza en el club. El deber nos llama. Es hora de volver a la redacción. Otra fiesta que invita pero se escapa de las manos…