Final del partido. Los jugadores de Hurlingham festejan el triunfo en la final de San Jorge. Pepe Santamarina disfruta más por el éxito del torneo que por el propio. Su club, Tortugas y La Cañada le dieron una mano al organizador con la presencia de sus cuartetos.
"Lo ganó la yegua del quinto chukker que usó Santiago", dice Pepe. De los dos Santiagos de su equipo, se refiere a Araya, que en estos momentos dialoga con unos extranjeros que, por su acento, parecen chilenos que ya adquirieron modismos argentinos. "Estamos patrando allá", le comentan al polista, y señalan uno de los edificios con vista directa a la cancha 1 de Palermo. "Nos asomamos al balcón, vimos que jugabas y bajamos", bromean. Algo queda claro: si para la final de San Jorge ya hay movimiento de gente y extranjeros, la temporada 2007 será otro boom.
"Tradición. Es nueva. Si sigue así la voy a usar en la clasificación para Palermo", afirma Santiago Araya. Tradición, obviamente, es la yegua del quinto chukker, considerada clave en el desenlace de un partido más que atractivo.
Aunque todavía sea invierno, para el polo fue el primer podio de primavera 2007. Un podio raro: tenía tres jugadores. Roberto Samaría ya había dejado el Campo Argentino para prepararse para asistir a la boda de su hija. "¿Nervioso? ¡No! Mi mujer sí, que se encargo de todo. Yo vine a jugar al polo para desestresarme", sonría Roberto.
Fin de San Jorge 2007. Primeros pincelazos de la temporada de primavera...
domingo, 9 de septiembre de 2007
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