Juancito es bueno desde su norte a su sur, del pelo más despeinado hasta la planta del pie arrugada de tanto andar. Tiene su Juanita, que le compite en bondad y casi le empate. Pero esa es una misión muy difícil.
Juancito nunca fue Juan a secas. Siempre acompañado por ese Cito final, que representa mucho más que un apodo tan trivial como cariñoso. Es el menor de tres hermanos polistas, hijo de polista y primo de un par de polistas. Seguramente, sus hijos serán… polistas.
Juancito juega bien al polo. Tiene un decoroso siete de handicap, que con un poco de esfuerzo podría transformarse en un ocho. Pero hay un detalle que para el menor no es menor: de todos los miembros del clan, es el peor. Y esa espina nunca se la puede sacar del alma. Quizás esa realidad que a veces se hace carne en dolor, lo haya hecho tan bueno. Quizás…
-Sebas querido, tanto tiempo. Quería proponerte… Ah, con el español no… Bueno, ok. ¿Tu familia bien?
-Colo, amigo. ¡Feliz cumpleaños! Tengo un regalo para vos: ¿Querés jugar con Amador la Copa de …? Bueno, perdoname, no sabía que te había hecho eso… Un abrazo grande.
Fueron diez llamados a polistas de elite para reemplazar la baja inesperada de Diego. Fueron 10 no. Sólo quedaba un llamado por hacer.
-Hola Rodo, ¿cómo estás?
-Bien Juancito. Te iba a llamar y te me anticipaste. La semana que viene los viejos cumplen 35 años de casados. ¿Vamos a hacer algo?
-Sería bueno, ¿no? Pero te llamo por otra cosa: necesito un favor. Un enorme favor.
-Por vos, todo…
-Que juegues la Gran Copa con el gallego.
Hubo un silencio. Largo. Amador y Rodo ya habían jugados juntos y terminaron mal. Rodo, crack entre cracks en el polo mundial, se enojó cuando el gallego le dijo: “Yo pago, vos obedeces”. La respuesta fue: “No soy tu esclavo”.
Juan esperaba. Iba a pedirle disculpas por el inoportuno llamado, cuando escuchó:
-Decile que quiero el triple de lo que me pagó la última vez.
Esa tarde, Amador fue de nuevo feliz. Sabía que la única posibilidad de ganarle a Tutti+Diego era con Rodo en su equipo. Por eso, con su mejor sonrisa, el patrón le dijo a Juancito: “Le doy el cuádruple”.
viernes, 29 de mayo de 2009
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